Mi nombre es David, y me considero de esos pocos locos soñadores que aún tienen fe en la formación de los más pequeños y de los muchos que queremos cambiar las cosas. Por eso he emprendido esta gran hazaña, para compartir con padres y profesores un montón de trucos, ideas y actividades que estoy seguro os encantarán o por lo menos os parecerán interesantes. ¿Porqué estoy tan seguro? Porque los que tenemos el corazón puesto en los niños tenemos la cabeza llena de pajaritos (en el buen sentido), y la curiosidad NO mató al gato si no que lo hizo más sabio. Y a sabio me ganan muchos, pero a curioso...
Esta aventura, en la qué otros muchos se han embarcado ya, para mí es una tarea tremendamente atrevida, ya que nunca me he considerado un Cervantes (no me acerco ni un poquito).
Pero como todo cuento que se encuentra dentro de una botella en el mar, yo guardo un gran tesoro, y es que tengo una fuente de ilusión inagotable.
Ilusión por aprender un poquito más de esto que llaman "educación" y que disfrazan de no se que mil nombres más. Ilusión por pretender que gente como tú pueda llegar a leer lo que alguien como yo puede llegar a decir. Ilusión porque algún día, un puñado de ojos inocentes en sus pupitres me miren asombrados mientras les explico que 2+2 son 4. Asombrados cuando empiecen a leer mis cuentos dentro de una botella, igual que yo hice años atrás.
Y colorín colorado, este cuento ha empezado.

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